Pregon de Cuaresma

¡Caminad, hermanos, caminad!
¡Caminemos hacia Aquel que tanto nos salva!
Que, la Pascua, nos espera:
el paso de la tiniebla a la luz,
de la noche al Gran Día
Que, la cuaresma, es nuestra aliada:
nos hace fuertes en el duro combate
nos configura con Aquel que tanto nos ama
nos alienta con la oración y el silencio
nos empuja al encuentro con el hermano
¡Convertíos, hermanos, convertíos!
Que una vez más, Dios espera nuestro regreso
su abrazo…espera nuestro abrazo
su mirada, busca nuestros ojos
su cruz, anhela ser redención de todo humano
¡Es hora de encaminarnos hacia Jerusalén
Horas de salvación nos aguardan en un monte
pan y servicio en una sala de comensales
traición, negación, sufrimiento y soledad
todo mezclado por amor al hombre.
¡Avancemos, caminemos por la senda de la cuaresma¡
Apoyémonos en el bastón de la oración
Alumbrémonos con la luz de su Palabra
Enriquezcámonos con la caridad sin límites ni farsas
Digamos “no” a todo aquello
que nos degrada y de Dios nos distancia.
Cuaresma….oración, silencio, súplica,
árbol talado que se convertirá en cruz
adhesiones y deserciones, vencedores y fracasados
Es la hora de mostrar a Jesús
el poso y la fortaleza de nuestra fidelidad.
Es el momento de gracia y de conversión
de saber lo que, ya de sobra sabemos,
que es mucho lo que nos falta
para ser dignos de que el Señor haga tanto por nosotros.


Javier Leoz 2011

Charla de Adviento: Pistas para rezar, vivir y esperar…

La Charla de Adviento que tuvimos el día 1 de diciembre ha sido como abrir la ventana para que entrara aire nuevo, no fue la clásica charla, fue un mezcla de textos del profeta Isaías, del Evangelio y del magisterio pontificio, con cosas nuevas, que no parecen en un principio evocar el Adviento y la Esperanza, pero miradas con otros ojos, con aquello que descubrir la presencia de Dios, del Espíritu, en la realidad actual, ya sea una canción o una película, o el testimonio de un preso condenado a cadena perpetua.

D. Policarpo Díaz, vicario de pastoral, nos trajo para seguir la exposición, un resumen de lo expuesto, que os podréis descargar en el siguiente enlace

que además es un un buen esquema para rezar, vivir y esperar a lo largo de todo este Adviento.

Oración del Ser

Siempre siento una cierta incomodidad, una cierta fatiga, cuando tengo que hablar de la oración, porque me parece que la oración es una realidad de la cual no se puede hablar: se puede invitar a orar, exhortar a orar; aconsejar… La oración es algo tan personal, tan íntimo, tan nuestra, que se hace difícil hablar de ella juntos, a menos que el Señor nos ponga a todos en un clima de oración.

Entonces quisiera comenzar con una oración. Quisiera decir así:

«Señor, tú sabes que yo no sé orar, y entonces, ¿cómo les puedo enseñar a otros algo sobre la oración? Solamente Tú, Señor, sabes orar. Tú oraste en la montaña, durante la noche. Tú oraste en las llanuras de Palestina. Tú oraste en el huerto de tu agonía. Tú oraste en la Cruz. Solamente Tú, Señor, eres el Maestro de la oración. Y a cada uno de nosotros nos diste, como Maestro personal, al Espíritu Santo. Pues bien, solamente confiando en ti, Señor, Maestro de oración, adorador del Padre en espíritu y en verdad, solamente confiando en el Espíritu que habita en nosotros, podemos tratar de decir algo sobre la oración, de exhortarnos mutuamente, para intercambiar algún don tuyo, respecto de esta maravillosa realidad. La oración es la posibilidad que tenemos de hablar contigo, Señor Jesús, salvador nuestro, de hablar con tu Padre y con el Espíritu y de hablar con sencillez y verdad.

Madre nuestra, María, Maestra de oración, ayúdanos, ilumínanos, guíanos en este camino que recorriste entes que nosotros conociendo a Dios Padre y su voluntad».

Carlo Maria Martini