El domingo, 11 de noviembre, tuvimos el último taller en el Obispado. Sor María Faustina, de las Dominicas de Fátima, dirigió la oración de inicio. Todas participamos con la ayuda de la oración a María y de diferentes pasajes bíblicos, frente a una pequeña imagen de la Virgen de Fátima y un crucifijo muy significativos en su consagración.
Volvimos a retomar y repasar puntos clave del primer taller sobre el Proyecto de vida, ofrecido por Sor Emelia, de las Teatinas. Cómo la tenacidad, la superación; el defender, cuidar y alimentar diariamente nuestro ideal, aprovechando oportunidades; enfrentando y superando obstáculos nos permiten lograr lo que nos propongamos. También cómo se puede fracasar cuando quitamos la mira de nuestro norte y nos desenfocamos, yendo por otros caminos que nos pueden separar definitivamente de la meta.
Se recordó que la vocación es un llamado de Dios para conquistar la felicidad por un camino específico, personal, en comunidad. Que El se vale de todos los medios para hacernos entender cuál es Su voluntad. Respeta nuestra libertad y nos deja responder a cada uno cuando queramos.
Tenemos que conocernos a nosotros mismos, hacer silencio para escucharle, cultivar los dones y cualidades positivas que todos tenemos, trabajar con nuestros defectos. Poner los medios y planificar a corto plazo, con metas reales, con un propósito, con objetivos de los que nadie pueda separarnos.
Elba, de la Hermandad de Operarias Evangélicas, dirigió a las participantes en una lectura orante de la Palabra, tomando pasajes bíblicos de diferentes llamadas en el Antiguo y Nuevo Testamento. Se compartió esta experiencia de oración.
Luego se evaluó el taller y todos los talleres en general. Las chicas hicieron comentarios y ofrecieron sugerencias.
El Diácono José A. Valentín, de la Parroquia Nstra. Sra. del Carmen, nos presentó siete puntos que él considera claves para el discernimiento vocacional:
1ero. Hacer oración.
2do. La percepción, poner atención para descubrir lo que Dios quiere.
3ro. Preguntar, buscar información.
4to. Reflexionar ante la gran empresa de nuestra vocación, ¡para toda la vida!
5to. Actuar, ponerte en acción. Una vez decidida: ¡lánzate!
6to. Decide con firmeza seguir a Jesús.
7mo. No estás sola. Buscar dirección espiritual que te ayude a clarificar tu opción vocacional.
Luego tuvimos la exposición y adoración del Santísimo para concluir el día.
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